La Reforma del siglo XVI se inicia históricamente el 31 de octubre de 1517, cuando el Dr. Martín Lutero, un monje católico, clava en las puertas del Templo de Wittemberg en Alemania sus 95 tesis contra la venta de indulgencias (salvación por parte de la Iglesia Católica), a fin de provocar una discusión académica, de acuerdo con las costumbres de la época.
La Reforma es el movimiento que produjo la separación de la Iglesia Protestante de la Iglesia Católica Romana.
De la Reforma partieron diferentes corrientes que permanecen hasta el día de hoy. Los historiadores coinciden en afirmar que se produjeron cuatro tipos principales de tradición protestante durante los siglos XVI y XVII. Estos tipos hallaron expresión en los movimientos luterano, anglicano, reformado y en los movimientos independentistas.
El día 31 de Octubre se recordará el Aniversario de La Reforma Protestante (lea los programas de las parroquias sobre los cultos alusivos).
Principios de la iglesia protestante:
Desde los comienzos, en el movimiento reformador, tuvieron vigencia estos principios de los "cuatro solos". Expresados en latín:
"sola scriptura" La Biblia, la Palabra de Dios como único libro normativo para el cristiano, su vida y la vida de las comunidades.
"sola gracia" La posibilidad de acercarnos a Dios, es un regalo. Dios nos hace sus hijos y nos invita aceptarla su ofrecimiento de salvación.
"sola fides" Dios nos tiene en cuenta solamente por nuestra entrega en fe. Las obras no valen por si mismas, sino como respuesta agradecida
"solus Christos" Tenemos una única manera de acercarnos a Dios. Su Hijo es quien dijo "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mi se puede llegar al Padre." (Juan 14: 6)
Citas del Dr. Martín Lutero
"El cristiano es señor de todas las cosas
y no está sujeto a nadie.
El cristiano es servidor de todas las cosas
y está supeditado a todos."
Con esta sentencia comienza el librito "La Libertad cristiana", escrito por M. Lutero en 1520. Para entender estas frases citamos el párrafo que sigue a la sentencia:
"Ambas afirmaciones se encuentran claramente expuestas en las Epístolas de San Pablo a los Corintios, capítulo 9, versículo 19: "Aunque no soy esclavo de nadie , me he hecho esclavo de todos", y en Romanos, capítulo 13, versículo 8: "No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amor que tienen unos con otros."
Referente a la Palabra de Dios, encontramos esta breve sentencia en uno de sus escritos:
"Las sagradas escrituras son como un hierba aromática,
cuanto más las frotas, tanto más desprende su perfume."